Cristianismo

Cristo tamaño mediano

Adalbert De Vogüe – De Juan Casiano a John Main

Aleixandre, Dolores – Qué es la oración

Anónimo – Nube del No Saber  y Libro de la Orientación particular 

Anónimo – Las Ammas o Madres del Desierto

Anónimo – Matrimonios santos

Anónimo – Pequeño tratado de oración contemplativa

Anónimo – Relatos de un peregrino ruso

Anthony De Mello – Quién Puede Hacer que Amanezca

Apócrifos del N.T. – Evangelio según Tomás

Apothegmata – Dichos de los Padres y Madres del desierto

Beatriz de Nazareth – Siete modos de vivir el amor

Blas Pascal – Pensamientos

Brésard, Luc – Historia de la espiritualidad monástica

Brusco, María Alejandra – Vida y Conocimiento de Dios en San Gregorio de Nisa

Cartas de San Ignacio de Antioquía

Cartujo – San Bruno

Catecismo de la Iglesia Católica

Diaconado femenino

Espiritualidad para nuestra época_ Anselm Grün y David Steindl-Rast

Evagrio Póntico – Tratado práctico

Evagrio Póntico – Tratado sobre la oración 

Evagrio Póntico – 8 vicios

Evdokimov, P. – El conocimiento de Dios en la tradición oriental

Experiencia originaria de Dios

Francisco de Osuna – Abecedario espiritual

Guía para la meditación personal y grupal 

Guía_oblatos_seglares benedictinos

Guigues II – Scala Claustrarum

Hadewich de Amberes

Hermano Lorenzo – Práctica de la presencia de Dios

Huxley, Aldous – La filosofia perenne

Janin, Franck – Acompañamiento espiritual

Jesús – maestro de contemplación – texto video por Laurence Freeman osb

Joan Chittister_ Que se escuche la llamada

John Henry Newman – La resurrección del cuerpo

John Henry Newman – La necesidad de la santidad para la beatitud futura

John Henry Newman – Pensamiento y corazón en búsqueda de la verdad 

John Main – La meditación y la Iglesia

John Main – Su última carta

Juan Casiano, buscador de Dios en las Conferencias

Juan Casiano – Conferencias IX y X sobre oración

La Filocalia

Las puertas del silencio interior

Laurence Freeman – El oblato contemplativo hoy

Laurence Freeman – La meditación en la tradición monástica

Lubac – Meditación sobre la Iglesia

Marina Müller_- La práctica de la meditación cristiana

Marina Müller – Meditación Cristiana, viaje al centro del ser

Marina Müller – Pandemia_miedos y esperanza

Marina Müller – Viaje de la mente al corazón

Marité Tessalia Herrera Reveco – Hadewich de Amberes

Mary John Mananzan – Escucha con el oído de tu corazón

Michael Casey – La Palabra se hizo texto

Padres apostólicos – Didache

Padres apstólicos – El pastor de Hermas

Padres apostólicos – Epístola a Diogneto

Papa Francisco – Amoris laetitia

Papa Francisco – Contemplad 

Papa Francisco – Evangelii gaudium 

Papa Francisco – Gaudete-et-Exsultate-Exhortación a la santidad

Papa Francisco – Lumen fidei

Papa Francisco – Laudato si

Patrística – cuadro

Patrología I

Patrología II

Pequeño tratado de meditación.doc

Practicando la Gratitud – Entrevista al Hno. David Steindl-Rast

Pseudo Dionisio Areopagita – Obras completas

Quiles-Antropología

Randle, Guillermo – La sabiduría espiritual en las Madres del desierto

Regla de San Benito 

Romano Guardini – Las etapas de la vida

San Bernardo – Libro-sobre-el-amor-de-Dios

San Buenaventura – Itinerario de la mente a Dios 

San Buenaventura – Leyenda mayor

San Claudio de la Colombière – Abandono confiado a la Divina Providencia

San Francisco de Asís – Escritos completos

San Francisco de Asís – Oración y Cántico

San Francisco de Sales – Introducción a la vida devota

San Francisco de Sales – Tratado del amor de Dios

San Gregorio de Nisa – Vida de Moisés – Prefacio

San Gregorio Magno – Vida de San Benito Abad

San Juan Crisóstomo – Sobre la Reconciliación

San Juan de la Cruz – Canto Espiritual A 

San Juan de la Cruz – Canto Espiritual B

San Juan de la Cruz – La noche oscura 

Santa Hildegarda – Comentario a la Regla de San Benito

San Patricio y Oración coraza atribuida a San Patricio

Santa Teresa de Jesús – Camino de perfección

Santa Teresa de Jesús – Fundaciones

Santa Teresa de Jesús – Las Moradas

Santa Teresita de Lisieux – Cartas 

Santa Teresita de Lisieux – Escritos 

Santa Teresita de Lisieux – Historia de un alma 

Santa Teresita de Lisieux – Oraciones 

Santa Teresita de Lisieux – Poesías 

Santa Teresita de Lisieux – Últimas conversaciones

Sentencias de los padres del desierto 

Silvia Bara – Beato Enrique Susón, O.P.

Silvia Bara Bancel – Para entender al maestro Eckhart y la mística alemana.

Silvia González – Inteligencias múltiples y espiritualidad

Thomas Keating – La mejor parte_1998_ JMS

Thomas Merton – El corazón profundo

Thomas Merton – Prefacio a La Montaña de los Siete Círculos

Trabajar la espiritualidad con niños y jóvenes_Manzanos

 

 

ONE THOUGHT ON “CRISTIANISMO”

RESPONDER

De la Regla de San Benito

«No anteponer nada al amor de Cristo» RB 4, 21

 

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«Escucha, hijo, los preceptos del Maestro e inclina el oído de tu corazón» RB Prólogo 1

«Ante todo, pídele con una oración muy constante que lleve a su término toda obra buena que comiences…» RB Prólogo 4

«Levantémonos, pues, de una vez, ya que la Escritura nos exhorta y nos dice: Ya es hora de levantarnos del sueño (Rom. 13,11). Abramos los ojos a la luz divina, y oigamos con oído atento lo que diariamente nos amonesta la voz de Dios que clama diciendo: Si oyereis hoy su voz no endurezcáis vuestros corazones (Salmo 94,8). Y otra vez: Quien tenga oídos para oír (Mt. 11,15) escuche lo que el Espíritu dice a las iglesias (Apoc. 2,7)».  RB, Prólogo, 8-11. 

«Ciñamos, pues, nuestra cintura con la fe y la práctica de las buenas obras, y sigamos sus caminos guiados por el Evangelio» RB, Prólogo, 21.

Cap. IV. CUÁLES SON LOS INSTRUMENTOS DE LAS BUENAS OBRAS (se citan algunos de los que propone San Benito)

1 Ante todo, «amar al Señor Dios con todo el corazón, con toda el alma y con todas las fuerzas», 2 y además «al prójimo como a sí mismo». 3 Y no matar. 4 No cometer adulterio. 5 No hurtar. 6 No codiciar. 7 No levantar falso testimonio, 8 Honrar a todos los hombres 9 y «no hacer a otro lo que uno no desea para sí mismo».

14 Aliviar a los pobres, 15 vestir al desnudo, 16 visitar a los enfermos, 17 dar sepultura a los muertos, 18 ayudar al atribulado, 19 consolar al afligido.

22 No consumar los impulsos de la ira 23 ni guardar resentimiento alguno. 24 No abrigar en el corazón doblez alguna, 25 no dar paz fingida, 26 no cejar en la caridad.

28 decir la verdad con el corazón y con los labios. 29 No devolver mal por mal, 30 no inferir injuria a otro e incluso sobrellevar con paciencia las que a uno mismo le hagan, 31 amar a los enemigos, 32 no maldecir a los que le maldicen, antes bien bendecirles; 33 soportar la persecución por causa de la justicia. 34 No ser orgulloso, 35 ni dado al vino, 36 ni glotón, 37 ni dormilón, 38 ni perezoso, 39 ni murmurador, 40 ni detractor.

41 Poner la esperanza en Dios.

48 Vigilar a todas horas la propia conducta, 49 estar cierto de que Dios nos está mirando en todo lugar. 50 Cuando sobrevengan al corazón los malos pensamientos, estrellarlos inmediatamente contra Cristo y descubrirlos al anciano espiritual. 51 Abstenerse de palabras malas y deshonestas, 52 no ser amigo de hablar mucho, 53 no decir necedades o cosas que exciten la risa, 54 no gustar de reír mucho o estrepitosamente.

63 Practicar con los hechos de cada día los preceptos del Señor; 64 amar la castidad, 65 no aborrecer a nadie, 66 no tener celos, 67 no obrar por envidia, 68 no ser pendenciero, 69 evitar toda altivez. 70 Venerar a los ancianos, 71 amar a los jóvenes.

72 Orar por los enemigos en el amor de Cristo, 73 hacer las paces antes de acabar el día con quien se haya tenido alguna discordia.

74 Y jamás desesperar de la misericordia de Dios.

75 Estos son los instrumentos del arte espiritual. 76 Si los manejamos incesantemente día y noche y los devolvemos en el día del juicio, recibiremos del Señor la recompensa que tiene prometida: 77 «Ni ojo alguno vio, ni oreja oyó, ni pasó a hombre por pensamiento las cosas que Dios tiene preparadas para aquellos que le aman».

78 Pero el taller donde hemos de trabajar incansablemente en todo esto es el recinto del monasterio y la estabilidad en la comunidad.

APLICABLE A QUIENES EJERCEN FUNCIONES DE LIDERAZGO (tomado del capítulo 64 de la Regla)

No sea turbulento ni ansioso, no sea exagerado ni obstinado, no sea celoso ni demasiado suspicaz, porque nunca tendrá descanso. Sea próvido y considerado en todas sus decisiones, y ya se trate de cosas de Dios o de cosas seculares discierna y modere el trabajo que encomienda, recordando la discreción del santo Jacob que decía: «Si fatigo mis rebaños haciéndolos andar demasiado, morirán todos en un día» (Génesis, 33,13). Tomando, pues, éste y otros testimonios de discreción, que es madre de virtudes, modere todo de modo que los fuertes deseen más y los débiles no rehuyan.